Black Friday, así pasa factura la gran 'fiesta' del consumo al medio ambiente


Arranca la temporada de compras navideñas. Comienza el consumismo con otro Black Friday lleno de sombras y humo. Mucho humo que calienta el planeta a un ritmo vertiginoso. Los datos evidencian que el pico de compras que se registra en estas fechas supone una presión adicional sobre los ecosistemas, con un incremento de emisiones asociadas al transporte y a la logística, y con una huella de residuos vinculados a la cadena de producción cómo al escaso tiempo de vida que tiene la mayoría de productos vendidos en los mercados durante estas fechas.

El consumo exacerbado, atraído por ofertas y descuentos, ha incrementado cada Black Friday un 20% desde 2015 hasta la fecha, con cada vez más plataformas comerciales que operan en España rebajando sus precios durante el último viernes de noviembre. Todo ello con un impacto importante en la atmósfera. Durante esta jornada de compras, una ciudad como Madrid emite el 1,7% de las emisiones anuales de gases contaminantes debido al incremento de transporte y producción.

El otro gran atractivo del viernes negro es la tecnología. El 35% de las compras de esta jornada tiene que ver con electrodomésticosaparatos electrónicos o teléfonos móviles, según el ranking de Statista sobre las ventas de 2020. Aunque Europa trabaja a contrarreloj para acabar con la denominada obsolescencia programada, los residuos de este sector siguen siendo notablemente altos y difíciles de reciclar. Sólo el 17,4% de los desechos tecnológicos consiguen reutilizarse, según Greenpeace, y la muerte rápida de los aparatos genera 48 millones de toneladas de CO2 asociadas al consumo de electricidad y al incremento de la producción en Europa, según la European Environmental Bureau (EEB).

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